“Stop COVID-19”, testimonios reales para detener la pandemia

La Asociación Ideorama, entidad sin ánimo de lucro que apoya proyectos de carácter social y educativo, ha presentado este lunes la campaña #StopCOVID19. La acción tiene el objetivo de sensibilizar a la población sobre el impacto real del coronavirus en las personas y concienciar sobre la necesidad de utilizar las medidas de protección y seguir fuentes oficiales de información.

Para conseguirlo, Ideorama presenta el testimonio de seis personas que cuentan cómo afrontan esta pandemia desde diferentes puntos de vista.

“Debemos afrontar esta pandemia, no con miedo sino desde el conocimiento”

Margarita del Val, investigadora y viróloga del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es una de las protagonistas de la campaña #StopCOVID19. La experta habla sobre el trabajo que está realizando la comunidad científica para descubrir una cura efectiva de los síntomas de la COVID-19. Del Val también incide en la importancia de las vacunas, “que son el mayor logro en salud pública”, y de buscar información sobre el virus en fuentes oficiales.

Margarita Del Val comparte su visión: “Para controlar esta pandemia tenemos que darnos cuenta de que cada medida de las que tenemos no es óptima, debemos utilizarlas todas: uso de la mascarilla, distancia, la aplicación móvil… Debemos enfrentarnos a la pandemia pero no con miedo, sino con conocimiento”

“Se abalanzaron sobre mí y tuve la sensación cierta de que me estaba muriendo”

Para Julián Sotoca, de 55 años, lo más duro fue pasar cuarenta días ingresado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid). Julián reconoce que en los primeros momentos de la pandemia, cuando la información era aún poco precisa, se mostraba escéptico sobre los verdaderos efectos del virus. Sin embargo, su propia experiencia ha hecho que sea plenamente consciente de las peores consecuencias que puede provocar en las personas: fiebre, tos, dificultad respiratoria y, en los peores momentos de la enfermedad, desvanecimientos, alucinaciones e incluso la sensación de que todo está llegando a su fin.

Julián recuerda el escenario dantesco que se encontró al llegar a las urgencias del hospital derivado desde su centro de salud. En ese mismo momento, los médicos decidieron su ingreso inmediato por la neumonía bilateral que presentaba. “En apenas tres días empecé a empeorar muy rápidamente. Pasaba más tiempo inconsciente que despierto y con una sensación de ahogo tremenda”, cuenta Julián, para quien el peor momento fue la colocación del respirador y experimentar “la sensación cierta de que me estoy muriendo”.

“Cuando mi nieto me vio después de cuatro meses sin salir de casa me dijo: «abuela, qué largo tienes el pelo»”

Gracia Fernández, pseudónimo con el que nos ha pedido aparecer, nunca pensó que a sus 83 años tendría que enfrentarse a una situación como la que estamos viviendo y que, en su opinión, es mucho peor que una guerra. Como todos, Gracia ha estado cuatro meses sin salir de su casa por las restricciones del Estado de Alarma.

Pese a su edad y a vivir sola, esta madrileña afincada en el distrito de Chamberí cree que hay gente que lo debe haber pasado mucho peor porque al menos ella puede asomarse a su balcón y tiene el apoyo de su familia, con quienes hablaba todos los días y que se han encargado de hacerle la compra por teléfono para que se la llevasen a casa. Porque Gracia ha sido una ciudadana ejemplar durante el confinamiento y nos recuerda, especialmente a los jóvenes, que ser responsables es fundamental si queremos evitar los contagios.

“Salía de trabajar del hospital, me echaba dos horas, y me iba a IFEMA a ayudar”

Si hay algo que Blanca Navarro tiene claro es que los sanitarios no son héroes: “yo hago mi trabajo porque me gusta. Creo que salvar vidas es lo más bonito que se puede hacer”.

Esta joven enfermera ha vivido en primera línea los meses más duros de la primera ola de COVID-19 en los hospitales madrileños. Además, también ha participado como voluntaria de emergencias colaborando en el hospital de IFEMA y habla sin tapujos de la que, para ella, ha sido la situación profesional más complicada a la que ha tenido que enfrentarse.

Navarro cifra en más de un millar de pacientes con COVID-19 a los que ha podido atender entre los meses de marzo y abril. Muchos de ellos nunca llegaron a recibir el alta del hospital y eso para Blanca ha sido lo más duro. “La gente se te moría en las manos y no podías hacer nada. Les cogías la mano y hablabas con él hasta que tenía su último aliento”, relata esta enfermera antes de lanzar una importante alerta: nadie está exento de contagiarse ni de sufrir esta enfermedad de manera grave.

“No te creas que por ser joven no te va a pasar nada”

Jerónimo Padilla tiene 20 años y es más conocido como Jero entre los usuarios de Twitch, una plataforma de vídeo en streaming en la que mayoritariamente los jóvenes siguen a los influencers de referencia en el mundo de los videojuegos. Este joven vallecano cree que la tecnología puede ayudar a paliar los efectos de la crisis del coronavirus pero también alerta de que “no todo lo que hay en Internet es verdad” y pide responsabilidad a las cuentas con un mayor número de seguidores para que solo difundan información contrastada.

También quiere romper una lanza en favor de la juventud, tan señalada en las últimas semanas como un posible foco de contagio, y asegura que la mayoría de jóvenes son responsables. Y lanza un mensaje para aquellos que no cumplen las normas: “No seáis tontos. Esto existe de verdad y nos puede afectar a todos” 

“Mi suegro era una persona de muy pocas palabras pero de grandes acciones”

La campaña incluye también el testimonio de Ángel Terrón, impulsor de la Plataforma de Apoyo a Familiares Víctimas de COVID-19. Este psicólogo educativo y su familia tuvieron que hacer frente a la muerte de su suegro, Celso Valdés, que fallecía en el hospital tras ingresar con neumonía bilateral.

Todo comenzó con una llamada de madrugada de Celso a su hija. Su mujer se había desvanecido repentinamente en casa. Tras varias horas de espera por la saturación sanitaria que había en aquel momento, una ambulancia la traslada al hospital donde la diagnostican COVID-19 y se queda ingresada. A los pocos días y mostrando unos síntomas leves, es Celso el que acude a urgencias por su propio pie. “Mi suegro parecía que poco a poco también empezaba a remontar. Estaba mejorando y no esperábamos recibir, días después, la fatídica noticia de que acabada de fallecer”.

Mientras Celso recibía sus primeros días de tratamiento, su mujer, aún débil pero fuera de peligro, volvía por fin a casa tras superar los peores momentos de la enfermedad. Ángel recuerda como el pronóstico era alentador para ambos.

Celso es una de las más de 30.000 personas en España que han perdido la vida por este coronavirus y miles de familias se han visto afectadas por esta crisis.

Por eso, expertos como Ángel Terrón recomiendan buscar apoyo profesional para afrontar momentos difíciles en una situación que se prolonga en el tiempo, pues aunque “queremos que la vida sea igual que antes, hoy por hoy es imposible que sea así”.

Desde Ideorama recordamos que todas las entrevistas íntegras y todos los materiales de la campaña están en ideorama.org/stopcovid19 Os animamos a seguir la conversación en @ideorama